La llamarada cósmica más poderosa jamás observada revela el fin de una estrella tragada por un agujero negro

Un agujero negro supermasivo destruye una estrella entera después de capturarla. Este dramático evento produjo un destello, el más intenso jamás observado, descubierto al analizar datos recopilados por el telescopio espacial Gaia.

Una estrella a punto de ser destruida por un agujero negro supermasivo que, deformándola y luego succionándola como si fuera un "espagueti", la envuelve en su brillante disco de acreción. Crédito: Créditos: Universidad de Hawaii por Nancy Hulbirt.

Esta es la historia de una estrella que nació y creció como todas las estrellas con la misma masa (entre 3 y 8 masas solares). Sin embargo, en lugar de morir de viejo, como casi todas las estrellas, tuvo un final temprano y muy sangriento. El acontecimiento que se desarrolló durante su sangriento final recibió el nombre aparentemente extraño de Gaia18cdj.

El acrónimo Gaia18cdj está compuesto por Gaia, el nombre del telescopio que descubrió por primera vez este evento “transitorio”; a partir del número 18 - el año en que ocurrió el evento, es decir, 2018; y por un código de identificación único cdj (para que quede claro, es el mismo criterio de identificación utilizado para las matrículas de los automóviles) que sirve para distinguirlo de otros eventos ocurridos en el mismo año.

Mientras viajaba por las regiones centrales de su galaxia, esta estrella se topó con el campo gravitatorio de un agujero negro supermasivo (un agujero negro con una masa de casi mil millones de masas solares) y quedó atrapada. La inmensa fuerza gravitatoria de este agujero negro supermasivo lo atrajo gradualmente hacia sí hasta tragarlo. Pero no fue un final rápido e indoloro.

De hecho, en las proximidades del agujero negro esta estrella, como todos los cuerpos que acaban en el interior de un agujero negro, comenzó a girar alrededor del mismo en espirales cada vez más estrechas.

El sangriento final de una estrella

Y aquí viene la parte sangrienta. De hecho, pensemos que esta estrella tenía un radio de unos 200-300 millones de kilómetros. Por lo tanto, el lado de la estrella más cercano al agujero negro experimentó una atracción gravitatoria mucho más fuerte que el lado más alejado.

El resultado fue que bajo la acción de esta fuerza gravitacional diferencial (mayor de un lado y menor del otro) fue literalmente destruida al ser estirada (un proceso llamado espaguetificación) y succionada alrededor del agujero negro.

Impresión artística del proceso de "espaguetización" en el que una estrella se estira y es succionada por un agujero negro. Crédito: ESO/M. Cuchillo de grano

El gas que formaba la estrella, aumentando la masa del agujero negro, rápidamente se volvió muy caliente y por lo tanto brillante, produciendo un aumento muy alto pero temporal en el brillo (de ahí el nombre transitorio).

El brillo producido por la destrucción de la estrella fue aproximadamente 25 veces mayor que el producido por la explosión de la supernova y ahora es el evento energético más intenso jamás observado en el universo.

Este evento representa hoy el prototipo de una nueva clase denominada “ENT” (Extremely Nuclear Transients), es decir, transitorios extremos localizados en las regiones del núcleo de la galaxia que los alberga.

Cómo se descubrió Gaia18cdj

Cuando observas la misma zona del cielo con un telescopio día tras día, durante meses o años seguidos, con frecuencia observas variaciones ocasionales e impredecibles en el brillo, ya sean aumentos o disminuciones.

Independientemente de cuál sea la causa, estas variaciones de brillo, que evolucionan con relativa rapidez y luego terminan, se denominan «transitorias», un sustantivo que corresponde al adjetivo transitorio.

La causa de los transitorios puede ser la más variada. Por eso, cuando los telescopios que monitorizan continuamente el cielo descubren un transitorio, emiten una especie de “alerta”, es decir, comunican puntualmente el descubrimiento a toda la comunidad astronómica para que otros telescopios, cada uno especializado en diferentes bandas espectrales o en diferentes técnicas de observación (imagen, espectroscopia, …) puedan empezar a observar el mismo evento.

Gracias a la sinergia de múltiples telescopios, es posible comprender la física detrás de estos fenómenos “transitorios”.

El telescopio espacial Gaia, que el pasado mes de marzo concluyó gloriosamente 10 años consecutivos de exploración de toda la bóveda celeste, fue uno de esos telescopios capaces de descubrir objetos transitorios. Y descubrió muchos de ellos, pero dos de ellos están haciendo historia, los mencionados Gaia18cdj y Gaia16aaw.

Curva de luz
De los datos de Gaia se extrajo el historial temporal del transitorio Gaia18cdj, caracterizado por un rápido aumento del brillo en unos 50 días y un declive más lento que todavía continúa. Crédito: ESA/Gaia/DPAC

El primero ocurrió en 2016 y el segundo en 2018. Pero su descubrimiento, gracias al análisis posterior de los datos recogidos por Gaia, se produjo años después. El artículo científico en el que Hinkle y sus colaboradores presentaron este descubrimiento excepcional se publicó la semana pasada.

Además de estos dos transitorios, existe el descubrimiento de un tercer transitorio de la misma naturaleza, llamado ZTF20abrbeie, descubierto por un telescopio terrestre, el ZTF (Zwicky Transient Facility) en el Monte Palomar en California, cuyo propósito principal es precisamente la identificación de eventos "transitorios".

Los astrónomos creen que estudiar esta nueva clase de transitorios, los ENT, podría proporcionar nueva información sobre las propiedades de sus torturadores, los agujeros negros supermasivos.

Referencia de la noticia:

“The most energetic transients: Tidal disruptions of high-mass stars”, Hinkle et al. Science Advances, 4 Jun 2025, Vol 11, Issue 2 - https://www.science.org/doi/10.1126/sciadv.adt0074