El dodo, el tigre de Tasmania y otros animales extintos que quiere "revivir" Colossal en los próximos años

Colossal, la empresa biotecnológica que "revivió" un lobo que estaba extinto desde hace milles de años, ahora busca avanzar con otras especies, como el dodo y el tigre de Tasmania.

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El uso de herramientas como CRISPR permite la manipulación genética para revivir especies desaparecidas, comenzando con el dodo y el tigre de Tasmania.

Durante siglos, los seres humanos hemos sido testigos de la desaparición de especies animales de la faz de la Tierra, y con ello, la pérdida de biodiversidad. Algunas extinciones ocurrieron por factores naturales, pero muchas otras fueron aceleradas por la acción humana.

Sin embargo, hoy en día, la ciencia está logrando lo que muchos consideraban impensable: revivir especies extintas.

Un nombre clave en este proceso es Colossal Biosciences, una empresa que acaba de anunciar el nacimiento de cachorros con características genéticas del “lobo terrible” (Canis dirus), una especie extinta hace más de 10.000 años. Los pequeños mamíferos fueron traídos al mundo en una instalación privada de más de 800 hectáreas ubicada en el norte de Estados Unidos.

Esta compañía biotecnológica ahora trabaja incansablemente para devolver a la vida a animales como el dodo, el tigre de Tasmania y otros. Su misión no solo desafía las fronteras de la genética, sino que también abre el debate sobre las implicancias éticas y ecológicas de estas acciones.

La tecnología detrás de la desextinción

La desextinción, también conocida como la "revivificación" de especies desaparecidas, es un campo en auge impulsado por avances en biotecnología y genética. Utilizando tecnologías de edición genética avanzadas como CRISPR, se insertan características de los animales desaparecidos en el genoma de sus parientes cercanos, como aves que podrían compartir el ADN del dodo o marsupiales con los del tigre de Tasmania.

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El regreso del dodo: los avances en la edición genética podrían permitir a los científicos traer de vuelta al dodo, un ave extinta desde el siglo XVII.

El proceso de revivir estas especies comienza con la obtención de muestras de ADN de los animales desaparecidos, si es que se encuentran preservadas en buena calidad. A partir de ahí, los científicos de Colossal secuencian estos genomas y los comparan con los de especies vivas que puedan ser consideradas como parientes cercanos.

Esta información genética se utiliza para realizar modificaciones en los genes de las especies actuales, con el fin de crear un organismo que posea las características del animal extinto. Pero el desafío va más allá de la simple reintroducción de características físicas, ya que la verdadera cuestión es si estos animales "revividos" podrán adaptarse a un mundo que ha cambiado significativamente desde su extinción.

El dodo y el tigre de Tasmania

El dodo, un ave que vivió en la isla Mauricio, es probablemente el ejemplo más famoso de extinción. Este animal, que no volaba, se extinguió en el siglo XVII debido a la caza y la destrucción de su hábitat, agravados por la llegada de colonos humanos y especies invasoras.

Aunque su historia simboliza la fragilidad de las especies y la irreversibilidad de las extinciones, los esfuerzos de Colossal podrían darle una segunda oportunidad al dodo, de manera que esta ave vuelva a caminar sobre la Tierra.

En cuanto al tigre de Tasmania, conocido también como tilacino, su extinción es un recordatorio de las consecuencias de la intervención humana. Este marsupial carnívoro, una vez abundante en Australia, fue erradicado a principios del siglo XX, principalmente por la caza y la competencia con los perros y los humanos.

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Colossal busca insertar genes del extinto tigre de Tasmania en el ADN del demonio de Tasmania para traer de vuelta a esta especie desaparecida en 1936.

Su desaparición representó la pérdida de una especie clave en el equilibrio ecológico de la región. Colossal busca revivir al tigre de Tasmania insertando el ADN de este animal en el de un pariente cercano, el demonio de Tasmania, que aún habita en el país.

La reintroducción del dodo o el tigre de Tasmania tiene consecuencias más allá de la biología y la conservación. Traer de vuelta a estas especies podría servir como una forma de restaurar ecosistemas antiguos que fueron alterados por la extinción de estos animales.

El dilema ético de revivir especies extintas

Si bien la idea de traer de vuelta a especies como el dodo y el tigre de Tasmania resulta fascinante, no está exenta de controversia. Los científicos y conservacionistas deben abordar una serie de dilemas éticos y ecológicos antes de avanzar en estos esfuerzos.

En primer lugar, existe la cuestión de si es correcto "jugar a ser Dios" al manipular el ADN y modificar la biología de especies para que regresen a la vida. Además, se plantean interrogantes sobre el bienestar de los animales revividos, que podrían enfrentarse a un ambiente muy diferente al que conocían antes de su extinción.

Otro desafío importante es el impacto de la reintroducción de estas especies en los ecosistemas modernos. Los hábitats en los que alguna vez vivieron el dodo o el tigre de Tasmania ya cambiaron, y podrían no ser adecuados para el sustento de estos animales.

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Los esfuerzos por revivir especies extintas no solo presentan retos científicos, sino también preocupaciones éticas y ecológicas que deben ser cuidadosamente evaluadas.

La competencia con especies actuales y los posibles efectos negativos sobre el equilibrio ecológico también son temas preocupantes. ¿Estamos preparados para enfrentar los efectos secundarios de la desextinción, como la alteración de las cadenas alimentarias y el comportamiento de otras especies?

A pesar de estas dudas, muchos científicos creen que los beneficios de la desextinción podrían superar los riesgos. La revivificación de especies extintas podría, en el mejor de los casos, restaurar ecosistemas y equilibrar los daños causados por la pérdida de biodiversidad.

A medida que la ciencia avanza, es probable que veamos más esfuerzos de desextinción en un futuro cercano. Sin embargo, este debate seguirá siendo relevante y cambiará para siempre la forma en que entendemos la biología, la genética y nuestra relación con el mundo natural.